«Yo no puedo renunciar a lo más primario. La tierra es la vida y es la muerte, es un todo; también hay un factor cósmico”.
Josep Guinovart
El Monastir de Sant Feliu de Guíxols, del 31 de julio al 17 de octubre de 2021, presenta la muestra centrada en la obra de Josep Guinovart, «Univers Guinovart», y recoge unas 60 obras, entre pintura, escultura, grabado, serigrafías y otras disciplinas en una exposición de lujo, en un espacio extraordinario y con un artista excepcional.
La muestra es un universo trazado desde dos geografías: la primera planta dedicada a una geografía física, indagando las raíces telúricas que nutren la sensibilidad hacia un mundo convulso, pero también un mundo de sueño, de esperanza, o de regeneración. Hay tres salas centradas en obras que hablan de la tierra, del mar y del campo, Guinovart es un artista con raíces de tierra y de mar. Una de las más destacadas es un círculo con paja incrustada en que el artista quería representar el simbolismo de la era en el mundo rural. «La era es donde empieza y acaba el trigo, un lugar de encuentro y donde se hacen fiestas».
La segunda planta explora una geografía humana, perfila un recorrido más introspectivo, haciendo de puente con la visión que tiene Guinovart del arte «como un proyecto, un esbozo inacabado, una aproximación al deseo, un mero intento, el intento de coger el agua con una criba». Los paisajes del alma y las almas de los paisajes nos conducirán por un viaje insólito a través del Universo Guinovart.
El traslado del pintor a Agramunt durante la Guerra Civil lo golpeó de por vida y la su obra es un gran homenaje a todo este periodo. Por ello en buena parte de las creaciones del artista se ha representado un círculo en simbolismo en la vida en el campo, además de tierra, barro, madera, el trigo es uno de los elementos simbólicos e importantes en su obra.
«Íbamos descalzos por los rastrojos, vivíamos en contacto directo con la naturaleza”
Y no se podía abrir de otra forma la muestra que con una inmensa paleta-pala, transformada en una herramienta de campo.
He de decir que todavía no me puedo sacar de la cabeza los magníficos y, muy personales, azules y tierras que predominan en su obra. Es una muestra extraordinaria que tuve el placer de poder visitar con mi amigo y artista Pascuti. Admirar el trabajo de un artista como Guinovart de la mano de otro artista te lleva a disfrutar doblemente de cada una de las obras expuestas así como poder ir comentando técnicas, y disfrutando de las texturas, rastrojos, fragmentos de vidrio simulando estrellas, centenares de caparazones de huevo formando una exquisita composición…
Hay un cuadro que me impactó y emociona, Brocha y Bandera, Guinovart utiliza un objeto cotidiano para representarlo en el cuadro, así quiere rendir un homenaje al oficio de pintor de paredes, que el mismo artista había practicado y al que su familia, en el taller familiar, se había dedicado. Es una obra en la cual el artista invita a la misma pared a formar parte de su discurso plástico poniendo de relieve la importancia de estos pintores de paredes.
«Mi padre era dorador de imágenes y mis tíos eran pintores de paredes, muy vinculados al oficio. Viví desde un inicio rodeado de materiales, colores, herramientas y tablones, un hecho que ya originó una inquietud en mí. El oficio determinaba una conciencia muy abierta, solidaria”. Josep Guinovart
Una sorprendente muestra para disfrutarla y de obligada visita.