«…agradecemos a la paleta el placer que nos proporciona… ella es en si una «obra» más bella que muchas obras de arte.»
Vasili Kandinski
Mi paleta, universo de colores, pequeño tesoro creador de formas, ilusiones, luz, atmósferas, líneas, manchas, volumen, espacio, movimiento, texturas, sueños, historias, la verdadera esencia de la pintura. Utilizo una paleta de colores muy académica y clásica, formada por colores fríos, con la gama de azules y su efecto de alejar y por colores cálidos, gama de naranja, que tienen el efecto de acercar tanto espacialmente como emocionalmente, mis colores:
Amarillo limón, amarillo cadmio, naranja cadmio, rojo cadmio, carmín de garanza (me gusta este nombre) carmín violáceo, ocre amarillo, siena natural, siena tostada, azul ultramar, azul cyan, verde esmeralda, verde cinabrio, blanco y negro.
Es una paleta de 15 colores con la mezcla de los cuales salen incontables tonalidades. Normalmente los acabo utilizando todos aunque esté pintando un blanco bodegón. También tengo que decir que no me gustan los colores como salen de su tubo, son bonitos, pero prefiero los colores tranquilos (relajados digo yo) por lo cual siempre neutralizo la intensidad que le da nombre a su color y la convierto en mi color. A menudo pienso que para utilizar colores directos, aquellos que tienen nombre propio, hace falta bastante seguridad y decisión. Estos colores conmigo pierden su carácter y pasan a tener el mío.
La paleta de la imagen corresponde a uno de los grandes maestros de la pintura, por los colores y texturas, por el caos y la mezcla rápida de color a partir de cuatro colores: verde y naranja arriba, blanco y azules abajo y porque observándola podría perfectamente ser una de sus obras, seguro que habéis adivinado de quien se trata… pues si, es la paleta de mi admirado Vincent Van Gogh.