Nos adentramos en un pequeño paraíso de natura para acceder al taller del escultor Manel Cusachs, en Òrrius.
La sencillez y hospitalidad del escultor y su família son el preludio de lo que será una gran experiencia cultural. La María, su hija, va dando voz a la obra artística del escultor, llenando el espacio con palabras, consiguiendo, a menudo, que las formas sobrevengan poesía.
Cusachs acontece un infinito de sabiduría, rodeado por dibujos, pinturas, esculturas, herramientas, polvo del trabajo… va explicando aquellas pequeñas cosas que lo hacen tan grande como persona y artista. Qué recorrido, qué codo a codo con los grandes!!
Las horas se hacen minutos, las palabras sabias fluyen y se escapan como mariposas y las quieres atrapar todas, consejos, anécdotas, vivencias, momentos… de todas, hay una que guardo muy fuerte, la actitud. El escultor escucha, quiere conocer, tiene interés… nos explica que él cuando entra a un museo siempre sabe que habrá algo que le sorprenderá y nunca ha dejado de hacerlo. Si escuchas, observas, te interesas, sea en un museo o en cualquier otro lugar siempre encontrarás la sorpresa buscada.
Y, si después de hablar con el escultor no te mueres de ganas de coger papel y un lápiz y dejar volar la mano para esbozar vida, es que no has entendido nada.